El caso se remonta al pasado mes de febrero cuando, en una de las cuadras de un club hípico de la provincia de Cádiz, un caballo sufrió diversas lesiones en su hocico. El animal presentaba sangrantes y profundas heridas con forma de media luna encima de su nariz. Según testigos presenciales, las mismas traían su causa en la utilización de las denominadas “serretas vivas”, unos abusivos y crueles instrumentos de castigo fabricados con pinchos de hierro que se colocan directamente sobre la piel del hocico del caballo.
Según los expertos, estos artilugios oprimen violentamente al animal de modo que al mínimo movimiento contrario a la voluntad del jinete, al caballo se le clavan los punzantes dientes de hierro en su hocico, una zona especialmente sensible ya que cuenta con numerosas terminaciones nerviosas.
Celebramos que la sociedad en su conjunto avance y cada vez esté más sensibilizada con el maltrato animal, de modo que el sufrimiento de los animales no resulta indiferente y, cada vez con mayor normalidad, sean los propios ciudadanos los que pongan en conocimiento de las autoridades y de las entidades de defensa animal como la nuestra los casos de posibles maltratos de los que sean testigos.
Tomado de: http://www.eldiario.es/
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