A través de los siglos los humanos nos hemos preocupado con el tema del envejecimiento. Es claro que hasta los treinta años sentimos que todo marcha muy bien pero a partir de ahí ya la máquina de músculos, huesos, sangre y piel no funciona lo mismo.
Es cuando algunos de nuestros órganos empiezan a fallar y entonces se disparan las alarmas. Aunque hayamos llevado una vida sana, es normal que se disparen algunas alarmas y que empecemos a prestarle mucha atención a cuanta dolencia o achaque nos aqueje. Coloquialmente se habla de “La edad del cóndor…con…dorlor aquí…con…dorlor allá”, para referirse a las dolencias después de los sesenta años de edad.
¿Cuál es la edad en que hay que dejar de construirnos los músculos? ¿Qué inconvenientes se plantean cuando nuestra erección no es tan fuerte como quisiéramos? ¿Cómo debemos proteger la visión? Aquí encontrarás las respuestas
Cuando la espalda duele, ¿es cosa de la edad o es que hemos abusado de una mala postura recientemente? ¿A qué edad es normal que las erecciones pierdan fuerza? ¿Hay que dejar de ir al gimnasio a alguna edad? ¿O lo recomendable es no ir nunca? Eso que dicen de las cremas antiarrugas, ¿es verdad o el enésimo truco para sacarnos dinero? ¿Es cierto eso de que los 40 pueden ser los nuevos 30 si te cuidas? ¿Y cómo debes cuidarte a los 30? La relación entre un hombre y su salud, por muy estrecha que sea, siempre tendrá sus dudas. A veces porque asimilamos conceptos erróneos, como que a los 40 ya solo se puede mantener la musculatura que tengamos desarrollada. A veces por llana falta de información. Aquí está un remedio para los dos casos: una guía con cómo se debería encontrar de salud un hombre en cada momento de su vida.
A LOS TREINTA
Corazón.- Lo último que se piensa a esta edad es en un infarto pero, si algún día lo tenemos, lo más probable es que sea la consecuencia de lo hagamos ahora. La hipertensión, el estrés, la obesidad, el alcohol o el tabaco... Estos factores justifican más del 90% del riesgo de desarrollar un infarto en la mediana edad. Por eso, es muy importante corregirlos. Es decir: vete despidiendo de tus mejores amigos de la veintena, esas cosas tan simpáticas y sabrosas llamadas grasas, comida chatarra y sal y ponte a hacer ejercicio físico regular.
Piel.- No te preocupes demasiado. Estás viviendo la década dorada y tu única responsabilidad ahora es la prevención. “Hay que tener en cuenta los cuidados con el afeitado, que puede dañar mucho la piel. Es fundamental que los hombres en esta década aprendan a afeitarse bien y utilicen cremas de buena calidad. El objetivo es la hidratación. Opta por cremas hidratantes una vez al día y otra para el contorno de ojos. Además, otro cuidado necesario es la fotoprotección para evitar que con 50 años empiecen a salir manchas y arrugas profundas. Basta con utilizar una crema hidratante que tenga fotoprotección.
Ojos.- Cuando la gente entra en el mercado laboral es cuando aparecen los síndromes de visualización de pantalla y fatiga por el abuso de los monitores de los computadores. Lo importante es ser rigurosos con la protección de riesgos laborales y cumplir unas normas de higiene visual en cuanto a la distancia de las pantallas, el tiempo de exposición y la hidratación de los ojos incluso con lágrimas artificiales. Acciones como descansar cinco minutos cada hora, cambiar la distancia de enfoque y que la luz no incida directamente sobre la pantalla pueden ayudar a nuestros ojos. Fuera del entorno laboral: dieta mediterránea equilibrada, hacer ejercicio y ser estrictos en el uso de gafas de sol.
Urología.- Son pocos los problemas que aparecen en esta década se recomienda vigilar la dieta, evitando la ingesta de grasas, y dejar el tabaco porque influye muy negativamente en la fertilidad, uno de los problemas más comunes con los que se encuentran los hombres en esta franja de edad. Para prevenir, también se recomienda a los menores de 35 años la autoexploración de genitales para detectar posibles tumores de testículos.
Musculatura.- El estrés, el sedentarismo, la falta de ejercicio y la alimentación inciden en los problemas musculo-esqueléticos. En la treintena aún estamos a pleno rendimiento pero no hay que dejar de vigilar esos aspectos y tomar pequeñas precauciones como mejorar la ergonomía del trabajo y no dejar de hacer actividad física. Eso sí, moderada. “Lo que más se producen son lesiones relacionadas con actividades como un partido de fútbol, de béisbol o una hora de spinning tras ocho horas de trabajo. Nuestro cuerpo ya no está acostumbrado a la intensidad que requieren estos deportes y es con esa actividad física vigorosa cuando aparecen las lesiones. El consejo es prepararse para la actividad física. Podemos aplicar una cita muy famosa: La gente piensa que hay que correr para estar en forma y, en realidad, hay que estar en forma para correr”.
A LOS CUARENTA
Corazón.- Sucede que ahora tienes menos tiempo y probablemente estés olvidando el gimnasio, y que tengas más estrés el estrés y a lo mejor eso te lleva a alternar más. Pero eso de racionalizar tus vicios no le vale a tu corazón, que empieza a sumar puntos para un problema, sobre todo un infarto de miocardio. Nunca es tarde para cambiar y llevar una vida más sana. Es más difícil y costará más pero es básico para nuestro corazón y nuestra salud en general.
Piel.- La crema hidratante tiene un nuevo mejor amigo en la estantería del baño: la antiarrugas. Es la mejor forma de evitar futuros descuelgues. También es conveniente hacer tratamientos complementarios como exfoliaciones una vez a la semana o nutritivos adicionales para dar ese aporte extra a una piel que ya lo necesita.
Ojos.- Ser moderno y pasar la vida frente a una pantalla va mostrando su precio: la vista cansada. Hay que ser exigente con las condiciones del ambiente laboral. También hace falta orientar la graduación de los lentes, porque vamos a tener más problemas de fatiga, de visión próxima, dificultad para cambiar los puntos de enfoque y cefaleas. Al final, el consejo es un uso racional de nuestro sentido, es decir no abusar de condiciones extremas. Si hay antecedentes familiares, se te presenta una obligación nueva: vigilar el glaucoma.
Urología.- El tiempo empieza a pasar factura. En los 40 aparecen los primeros problemas de erección. “Especialmente por psicológicas, como problemas con la pareja o sensación de bajo rendimiento, y de salud cardiovascular, ya que la disfunción eréctil está muy ligada a los mismo factores de riesgo de un infarto o una isquemia. Es muy importante vigilarlo y acudir a un cardiólogo si aparecen porque los problemas de erección pueden preceder a un evento cardiovascular severo en los cinco años próximos en personas con obesidad, colesterol, fumadores o con vidas sedentarias”, señala el doctor Sánchez Encinas. Los consejos para mejorar las erecciones nos los da Manuel Fernández Arjona, director del Instituto de Medicina Sexual: “Hay que vigilar la tensión, el colesterol y los triglicéridos, hacer ejercicio y llevar una alimentación saludable, evitando comidas fuertes y muy especiadas, para minimizar riesgos de futuro”. Y tampoco olvidar llevar una vida sexual sana y activa, es decir: “Eyacular es buenísimo para la próstata pero también para la mente y el físico”. Lo ideal es hacerlo una vez al día.
Musculatura.- Seamos sinceros, en esta década reducimos considerablemente las horas de ejercicio. Y vivimos más esclavos del trabajo. Por eso, son más normales los problemas posturales y más con una musculatura que se está empezando a debilitar. Es a estas edades cuando aparecen los primeros problemas en actividades cotidianas como coger peso o cortar el césped. Se recomienda optar por acciones con un componente muscular de bajo impacto como el pilates, el tai chi o el yoga, ya que ayudan a recuperar la musculatura y compensan el día a día en el trabajo. Tampoco hay que olvidar realizar otras actividades cardiovasculares, como andar, nadar o montar en bicicleta.
A LOS CINCUENTA
Corazón.- Alrededor del 20% de los pacientes sufren un infarto entre las décadas de los 40 y los 50. Hay que modificar los hábitos de vida: cambiar de dieta, consumir menos calorías y grasas saturadas, reducir el consumo de sal –el 65% de la sal que consumimos al día ya está en los alimentos–, intentar adelgazar, dejar de fumar, hacer ejercicio mejor acompañado y una hora al día. Es la edad de extremar las medidas de precaución.
Piel.- Comienzan a notarse los signos de fotoenvejecimiento. Lo que hay que hacer en esta década, además de seguir con las cremas hidratantes y antiarrugas, es utilizar despigmentantes para unificar el tono de la piel. Pero variará la sustancia según el tipo de piel. Y como complemento, mascarillas más intensas, cocteles de vitaminas, radiofrecuencia e incluso. Ácido hialurónico en crema o inyectado, ya que aumenta la firmeza de la piel.
Ojos.- Hay que empezar a evaluar el riesgo de padecer una degeneración macular. Aunque aparece más tarde, es en esta edad cuando podemos calcular el riesgo. Para eso es recomendable una buena alimentación, que debe empezar antes de los 40, llevando una dieta mediterránea, con mucho pescado azul, hortalizas de color que contengan pigmentos y disminuyendo todo lo que tenga relación con el riesgo cardiovascular, como el tabaco o las dietas ricas en grasas saturadas.
Urología.- Vida sexual activa, alimentación y ejercicio siguen siendo emblemáticos para esta generación. Las patologías prevalentes están relacionadas con la disfunción eréctil, la hiperplasia benigna de próstata y los problemas urinarios. Ya hay que vigilar los síntomas urinarios y revisar los niveles de PSA porque comienza el riesgo de cáncer de próstata, el más frecuente entre los varones.
Musculatura.- Se pierde masa muscular, hay un mayor desgaste en la columna vertebral, una peor hidratación del cuerpo… El consejo sería no hacer cosas para las que tu cuerpo no está preparado. Por tanto, seguimos optando por una actividad física moderada combinada con otra cardiovascular, mejorar la alimentación, reducir el estrés y, en definitiva, tener algo más de cuidado.
A LOS SESENTA
Corazón.- El ejercicio no es solo para los jóvenes. Muchas personas olvidan que es especialmente positivo para las personas de edad avanzada. Se recomienda a los hombres de más de 60 moverse al menos una hora diaria de forma progresiva. Insistimos en la importancia de la dieta para minimizar los riesgos cardiovasculares. Estrictos con la sal y las calorías. A esta edad más del 30% de las personas es hipertensa y esto tiene una relación directísima con los problemas de corazón. El riesgo de infarto de miocardio y de ictus aumenta.
Piel.- De los 60 en adelante, las arrugas y todo lo que hayamos hecho por cuidar nuestra piel no tienen vuelta atrás. Todavía se puede individualizar los tratamientos y recurrir a técnicas estéticas para disimular las bolsas de las ojeras o los surcos de la risa. Siguen siendo de ayuda todos los productos de tonos anaranjados, como las zanahorias, los tomates o las naranjas, son buenos para la piel”, y no fumar, porque el tabaco es el mayor enemigo de la piel ya que aumenta las arrugas y las manchas y le resta luminosidad.
Ojos Comienzan a aparecer las patologías oculares más habituales como cataratas, degeneración macular o glaucomas. “Se acentúa de forma exponencial la aparición de alteraciones maculares que, en algunos casos, necesitan tratamientos e incluso suplementos vitamínicos que se sumarán a la dieta. También aparecen, en los casos más precoces, cataratas y los primeros signos de pérdida de agudeza visual”, añade el doctor Juan Donate.
Urología.- Lo más habitual son los problemas de disfunción eréctil. Por eso, hay que vigilarlos y consultar al médico con los primeros síntomas porque no es necesario tener una vida sexual mediocre cuando hay remedios para que sea aceptable e incluso buena. También hay que acentuar la vigilancia y el control de la próstata.
Musculatura.- Sufrir una caída o una lesión cambiando una bombilla o darse una carrera para no perder el autobús dejan de ser una anécdota para llegar a convertirse en una épica. Como norma, no hay que dejar de hacer nada. Se tiene que mantener una vida activia pero que el ejercicio sea de bajo impacto, muy controlado y, sobre todo, eliminando toda actividad que pueda producir un riesgo en el sistema musculo-esquelético. También es recomendable un control cardiovascular, monitoreando la frecuencia cardíaca por ejemplo, cuando hacemos una actividad física.
A LOS SETENTA
Corazón.- Vacunarse de la gripe y vigilar la artritis reumatoidea son dos consejos para las personas más mayores ya que son episodios que aumentan el riesgo cardiovascular. Las personas que lleguen a los 80 sin ninguna enfermedad relevante tienen muchas probabilidades de vivir 10 años más. Pero hay que seguir siendo rígidos en el tema de la dieta y el ejercicio porque los beneficios siguen notándose. Es fundamental tener una vejez activa.
Ojos.- Las revisiones y vigilar otros aspectos como la diabetes y la hipertensión deben ser las máximas en la vejez. A los 70 son frecuentes los tratamientos por degeneración macular. El éxito depende de tratarlo cuanto antes. Según avanzan los años se junta un poco todo. Son frecuentes formas atróficas de degeneración macular, alteraciones de la vascularización del nervio óptico y las cataratas que necesitan cirugía.
Urología.- De los 70 en adelante los problemas más graves en la salud urológica del hombre pasan por el cáncer de próstata, la hiperplasia benigna de próstata o los tumores de vejiga, así como la disfunción eréctil, aunque muy pocos lo consultan, deberían saber que siguen existiendo soluciones.
Musculatura.- Grábate esta frase: Hay que evitar riesgos. Una caída a los 70 puede tener graves consecuencias. El cuerpo biológicamente está en déficit. Es común tener enfermedades pulmonares, diabetes, cataratas, artrosis… Por eso, cobra mucha importancia minimizar las actividades que presentan un riesgo para la integridad del sistema musculo-esquelético y optar por una actividad muy controlada y personalizada. Las opciones pasan por gimnasia de mantenimiento o ejercicios en el agua, que son un gran aliado para las personas mayores pero siempre combinados con actividad en gravedad.
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