miércoles, 25 de junio de 2014

¡MUJER EXTRAORDINARIA! No tiene brazos pero vuela más alto que cualquiera


Una de sus frases preferidas en sus conferencias motivacionales es: ¡DÉJAME ECHARTE UNA MANO!

De las pocas cosa que lamenta es que su esposo !NUNCA PIDIÓ SU MANO!
Adriana acaba de escribir una obra de teatro en la que también actúa. 
¿Su título? Créalo: "AMOR HECHO A MANO"

Cada día conocemos personas llenas de pesadumbre y desaliento que sin el más mínimo asomo de rubor dicen que han perdido las ganas de vivir, que se sienten derrotadas, incapaces de seguir adelante. Lo que más se destaca en esas personas sumidas en la depresión es que tienen todos sus órganos y miembros completos, no les falta nada. Es decir, no sufren ninguna discapacidad física ni mental; sus órganos también están completos y no les falta un brazo, una pierna, un ojo, en fin, son “personas” normales. Realmente, lo único que sufren es de POBREZA MENTAL.


Por ello, cuando conocemos la existencia de alguien que nació sin brazos y que se dedica, a escribir libros, a ejercer como abogada y dictar conferencias, entre muchas actividades… ¡A ENSEÑAR MANUALIDADES! no puede uno más que sentir admiración. Y al comprobar que a nosotros no nos falta nada, sentirnos muy chiquitos al lado de una gigante humana como Adriana Irene Macías Hernández, una menuda mujer mejicana que es ejemplo para de superación y valentía ante las adversidades de la vida.
Portada de su primer libro

La tenacidad ha sido la clave de su vida 

En la claridad de las ideas, está convencida de que la actitud, el ímpetu y la inteligencia con la que actuemos son la fórmula del éxito. La licenciada en Derecho Adriana Irene Macías Hernández ha motivado a niños, jóvenes y adultos compartiendo sus experiencias para que cada quien redescubra todas sus capacidades y así hacerle frente a las distintas adversidades.
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Su tesis de licenciatura en Derecho, que cursó en la Universidad Tecnológica de México, promueve una ley para salvaguardar los derechos de las personas con discapacidad. Un postgrado en Administración de Recursos Humanos, así como distintos seminarios de Oratoria, Relaciones Humanas, Desarrollo Humano, Tanatología, Calidad en el Servicio, Programación Neurolingüística, Inteligencia Emocional y Motivación Personal, forman parte de su preparación.
Irónico título para un libro escrito 
por alguien que no tiene brazos
Adriana ha dictado un sinnúmero de conferencias en todo el país y parte del extranjero con el afán de dar un testimonio de esperanza; a través de las conferencias que Macías imparte desde 1999 el personal de diversas empresas, cadenas hoteleras, hospitales, alumnos y profesores de universidades, así como asistentes de diferentes congresos nacionales, se han visto tocados por sus mensajes, en dichas conferencias  versan temas como: autoestima, calidez en el servicio, actitud positiva, derechos humanos, el respeto a las personas con discapacidad y la inclusión laboral.
Escribe con los pies con la misma facilidad 
con que cualquiera lo haría con las manos
Los Primeros Años
Adriana es una mujer natural de Guadalajara, México. Nació el 25 de abril de 1978, en medio de una familia modesta.
Al nacer Adriana en aquella primavera de abril, sus padres, don José Manuel Macías y doña Guadalupe Hernández tuvieron que enfrentar un momento muy duro al enterarse de que su segunda hija había nacido sin brazos.
Sin embargo, Adriana Macías tuvo una infancia feliz,  aun cuando sus padres desconocían cualquier información o tratamientos para el cuidado de personas con discapacidad.
Firmando sus libros
Esto permitió que sus padres educaran a su hija como una persona normal, sin necesidad de tratarla como una persona discapacitada. Y por lo tanto, sería fundamental para fortalecer la autoconfianza en la pequeña Adriana.
¡Asombroso! Esquiando y nadando con delfines
Aun así, su madre, Guadalupe, le insistía desde niña en ponerse unas prótesis que parecían unos garfios, según comenta ella: “¿Cómo voy a usar esos garfios que trae el malo de la película?” “Yo quería ser la princesa del cuento; prefería usar una tiara, un vestido largo, unas zapatillas de cristal y bailar a lo largo y ancho de un majestuoso salón”.
Nadando con delfines
Los amigos de la escuela le preguntaban el por qué no tenía brazos y ella contestaba que ya le saldrían, así como cuando se te caen los dientes de leche y te salen otros de nuevo.
Enfrentar la dura realidad
Pero lo peor fue en la adolescencia, cuando tuvo que enfrentarse al espejo y a la realidad de que ese sueño de poder tener unos brazos como cualquier persona normal, era sólo una fantasía.
Comiendo normalmente
Después de muchas depresiones, llantos y muchos miedos que superar, Adriana por fin recobraría las fuerzas enfrentándose precisamente a sus propias debilidades. Y así fue como decidió cursar la carrera de Derecho y no conforme con eso, hizo una maestría en Recursos Humanos.Adriana supo seguir adelante, gracias al apoyo de sus padres y su querida hermana Eloísa.
Dictando conferencias
La Decepción Inesperada
Pero tendría que enfrentar una nueva depresión cuando, el mismo día de su casamiento, el novio decidió romper el compromiso debido a su discapacidad: “Con toda la ilusión de tener familia, en el 2001 estuve a punto de casarme, imagínate, te dan anillo de compromiso y tú ya te ves con tu vestido, 1500 invitados, una boda súper sencilla, pero el chico con el que me iba a casar de repente me dice ¿Sabes qué? La pensé muy bien y no me quiero casar con una persona con discapacidad ¿Qué tal si mis hijos nacen como tú?”.
Maquillándose
Fue uno de los momentos más duros en la vida de Adriana. Y a pesar de tener que seguir dando conferencias para motivar a otras personas, su vida se había derrumbado por segunda vez.
Una Nueva Oportunidad: La Esperanza Del Guerrero
Sin embargo, la felicidad se asomaría de nuevo en la vida de Adriana, al conocer a su actual esposo, Juan, quien trabajaba en ese momento en un albergue para niños discapacitados: “Obviamente pasé días muy tristes, lloraba y mucho, pero un día se acabó el llanto y pude darme cuenta de que debía levantarme y buscar de nuevo el amor en mi vida: Juan Medina es ese regalo hermoso”.
Tierno encuentro
Con dos libros en su haber, hoy en día Adriana es abogada, escritora, conferencista tanto a nivel nacional como internacional, feliz esposa, motivadora, emprendedora y exitosa mujer, que a pesar de haber nacido sin brazos, posee un don maravilloso de inspiración para todos los hombres y mujeres de este pequeño planeta azul llamado tierra. 
No tiene brazos y enseña...¡MANUALIDADES!




Entonces...¿cómo así que tú no puedes...de qué discapacidad 
estamos hablando?

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