sábado, 9 de mayo de 2015

La "maldición" de ser niña en India. Abortos o feticidios selectivos - Incluye videos

Ser mujer es cada vez más difícil. Aunque parezca increíble, hay muchos lugares donde al ser más hermoso de la vida se le trata como a un estorbo, se le esclaviza como objeto sexual y se le discrimina, maltrata y relega a condiciones infrahumanas. pero en India, la situación es tan grave que la mujer está condenada a morir, incluso antes de nacer porque al detectar su género en una ecografía, la madre es muchas veces obligada a abortar.
Por: Ana Clavería, voluntaria de la ONG Naya Nagar.
Aborto selectivo: en la India interrumpieron 12 millones de embarazos de mujeres.
Muchas parejas que tuvieron una primera hija mujer deciden interrumpir el embarazo cuando la ecografía del segundo embarazo revela un feto femenino. Como el aborto está permitido en ese país, las autoridades prohíben que informen a los padres el sexo. Pero la medida no sirvió. Hay 7 millones más de varones que de nenas, de 0 a 6 años. Las clases altas son las que más lo hacen. Los médicos los cobran muy bien.
El Día de la Madre es un día para celebrar la existencia de las mujeres que dan vida a pequeños seres humanos y les apoyan en su formación y crecimiento. En India, ser madre supone mucho más que eso. Supone toda una lucha por la supervivencia. Primero, la propia. Y después, la de la prole, incluso antes del nacimiento. Tienen que abrirse camino en una sociedad en la que se ha establecido la preferencia por los hijos varones por cuestiones prácticas de economía familiar, basadas en creencias y religión.


Según ha ido aumentando el volumen demográfico en el sur de Asia, se ha ido promoviendo un control de natalidad más férreo, apoyado en la creencia de que disminuyendo la fecundidad se puede aumentar el capital humano, acelerar el desarrollo socioeconómico y generar equidad de género. Concretamente, en India se desarrolló un programa de planificación familiar para instaurar como socialmente correctas las familias pequeñas de no más de dos hijos. Posteriormente, han sido la sociedad, la cultura y las costumbres las encargadas de decidir el sexo preferido: el masculino.
Ya en 2001, se registró la existencia de 35 millones de hombres más que de mujeres en este país, cuando en la mayoría de países predomina la población femenina. Las razones por las que una familia de origen indio puede preferir tener un hijo varón a una mujer son los siguientes:
Los varones son vistos como un medio para asegurar la vejez de los padres, ya que son los únicos que pueden tener una independencia económica (trabajar y hacer aportaciones económicas a la familia), heredar los bienes y las propiedades y orar por las almas de los padres muertos. No se le permite a las mujeres hacer nada de esto.
Una mujer tan solo supone un gasto económico para la familia porque no debe contribuir a los ingresos del hogar en ningún momento. Y porque para casarla habrá que pagar una dote por ella siempre muy elevada (pago que debe hacer la familia de la mujer al futuro esposo como agradecimiento a su cuidado). Aunque la dote está prohibida por ley, la mayoría de las familias la sigue cumpliendo.
Actualmente enviar a la escuela a una niña adolescente conlleva un alto riesgo de seguridad. Es decir, sufre el peligro de ser acosada, violada, maltratada e incluso asesinada.
Las mujeres son apreciadas como más débiles y con mayor necesidad de alimentos y atención médica; por tanto, mayores gastos.
Abortos selectivos por género e infanticidios
Estos motivos han llevado al aumento de los abortos selectivos e infanticidios en todo el país, al nivel de China y Corea del Sur. Cada vez son más los médicos que ofrecen el servicio de detección del género del feto –a través de equipos de ultrasonidos– y practican el aborto si se trata del género femenino. Tal ha sido la expansión de esta práctica que existen aldeas donde no llega el agua potable, pero sí cuentan con este sistema.
No obstante, también se han desarrollado alternativas para aquellas mujeres que no tienen acceso económico a los abortos selectivos (y, por supuesto, temen arruinar a toda la familia con la dote que deberían pagar por tener una o más hijas). 
Se trata de los infanticidios; asesinatos de niñas de entre meses de vida a nueve años, rango de edad en el que disminuye drásticamente la población femenina en India tanto por los infanticidios como por la falta de alimentación y atención médica.
Debido a la gravedad de la situación, el Gobierno de India está comenzando a tomar medidas contra los doctores que llevan a cabo estas prácticas de abortos selectivos por género. Sin embargo, son las propias mujeres las que realmente tienen en su mano un cambio en la realidad actual. Y es que, poco a poco, se van registrando casos de madres que deciden tener a sus hijas a pesar de todas las desventajas que les pueda plantear la sociedad.
Mujeres que no siguen la corriente
Con base en las encuestas realizadas entre las trabajadoras de la factoría de ladrillos de Bihar, donde trabaja la ONG Naya Nagar, mujeres de diferentes edades con embarazos complicados o fáciles, con o sin acceso a la sanidad, dentro de la veintena, treintena o cuarentena, y con familias numerosas o pequeñas; todas ellas decidieron tener a sus hijas de sexo femenino con alegría, celebrarlo en su comunidad y tener grandes deseos para su futuro, como pueden ser la educación y un buen ambiente familiar con predominancia femenina.
Gracias a estas mujeres se pueden paliar las consecuencias de la discriminación y degradación del género femenino en India. Como puede ser la creciente dificultad para casarse debido a la falta de mujeres, y la interrupción del avance social que debería haber ido a la par que el económico pero que, sin embargo, se ha visto truncado por el plan de limitación demográfica.
Las madres de India no son solo madres, también son luchadoras y heroínas para todo su país. Ellas son las generadoras del cambio. Feliz Día de la Madre.
Ana Clavería es voluntaria de la ONG Naya Nagar.
Mitu Khurana, una madre resistiendo al ser presionada para abortar hijas mellizas, una mujer lucha en India contra epidemia 
del aborto por selección de sexo.
                                     peligro_de_ser_madre_en_india_www.vamosenmovimiento.blogspot.com
Por; Peter Baklinski
Una mujer que dice que fue presionada, inclusive hasta llegar a ser torturada, por su marido y sus suegros para abortar a sus hijas mellizas, ha sometido su queja ante el sistema judicial de India, presentando una demanda contra sus familiares y dando un rostro en India, a las víctimas en India que padecen la epidemia de los abortos por selección de sexo.
“El feticidio femenino es una industria floreciente en la India”, escribe Mitu Khurana en su blog, cuya historia atrajo la atención de los medios. “La práctica está muy extendida. Las clínicas privadas con las máquinas de ultrasonido y otras nuevas tecnologías están haciendo negocios brillantes, burlándose completamente de la ley. En todas partes la gente está pagando para conocer el sexo de un niño no nacido y está pagando más para abortar al bebé si es niña. Inclusive la tecnología ha llegado hasta zonas remotas a través de dispositivos como clínicas móviles.”
Cuando Mitu, de 34 años, pediatra de profesión, quedó embarazada de mellizos en enero de 2005, dice que su suegra exigió que ella se sometiera a pruebas para determinar el sexo de los mellizos. Sin embargo, Mitu se negó a que hacerse una ecografía para identificar el sexo, una práctica que la India prohibió en 1994 para tratar de frenar la práctica cultural generalizada del feticidio femenino.
La negativa de Mitú desencadenó una respuesta de su marido y sus suegros que, según ella, llegó a la tortura. En un relato de sus pruebas en su blog, Mitu afirma que, furioso por su insubordinación, su marido y sus suegros le negaron alimentos y agua, tratando de quebrar su voluntad y obligarla a someterse a la ecografía. Pero en esa instancia ella tampoco cedió.
Finalmente su marido finalmente logró su propósito a través del engaño. Sabiendo que Mitu era alérgica al huevo, él le cocinó una torta con huevos, asegurándole que era seguro para ella si la comía. Esa noche, Mitu reaccionó a la torta envenenada y fue llevada al hospital la mañana siguiente. Allí su marido convenció al ginecólogo, sin el conocimiento o consentimiento de Mitu, para realizar una ecografía fetal y para hacerlo ver como si fuera parte de la evaluación.
Cuando Mitu se encontró embarazada de mellizas, el marido y la familia política la presionaron para que abortara a sus bebés.
“Mi suegra me dijo inclusive que mis dos hijas serían una gran carga para la familia y que yo debía abortarlas”, escribió en su blog. “Si no las dos, dijo que al menos abortara a una. Cuando me rehusé, ella dijo que al menos una de ellas debía ser entregada en adopción”.
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Muchas parejas que tuvieron una primera hija mujer deciden interrumpir el embarazo cuando la ecografía del segundo embarazo revela un feto femenino. Como el aborto está permitido en ese país, las autoridades prohíben que informen a los padres el sexo. Pero la medida no sirvió. Hay 7 millones más de varones que de nenas, de 0 a 6 años. Las clases altas son las que más lo hacen. Los médicos los cobran muy bien.
Mitu dice que su esposo comenzó a ignorarla por completo, y le exigió que ella se efectuara una prueba de paternidad ya que se negó a creer que podía ser el padre de no una, sino de las dos hijas.
Una noche, el marido enfurecido arrojó a Mitu fuera de su casa, diciéndole que se fuera a vivir con sus padres.
Mitu finalmente dio a luz a las dos hijas en agosto, dos meses antes de la fecha. Sus suegros la visitaron a regañadientes en el hospital nueve días después de los nacimientos.
Por el bien de sus hijas, la joven madre dice que ella hizo todo lo posible para salvar su matrimonio, inclusive intentó volver a su antigua vida en el hogar, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
“No tenía ayuda en el cuidado de las niñas. No había amor ni respeto por los niños ni por mí. Ni siquiera estaba segura que mis hijas y yo estaríamos a salvo allí”.
Mitu empezó a temer por la vida de sus hijas, sobre todo después que presuntamente hubo testigos que su suegra empujar a su bebé de 4 meses de edad por una escalera, lo que Mitu dice fue deliberado, aunque su suegra dijo que fue un accidente. Afortunadamente Mitú fue capaz de alcanzar y salvar a su hija del daño.
En marzo de 2008 el esposo de Mitu marido abandonó a su esposa y a sus hijas. Le pidió un “divorcio de mutuo acuerdo”, diciéndole que quería volver a casarse y tener hijos.
En abril de 2008 Mitu recurrió a la ley, buscando justicia para ella y sus hijas. Ella presentó una demanda a las comisiones de la mujer y al ministerio de salud, pero no recibió respuesta.
Por último, presentó una demanda al amparo de la Ley de Técnicas para el Diagnóstico Preconceptivo y Prenatal, acusando a su marido de disponer ilegalmente para ella una ecografía, mientras en el hospital ella sufría los efectos de la intoxicación con huevos.
Su caso recibió finalmente un poco de atención por parte del gobierno después que fue resaltado por los medios de comunicación locales.
En una audiencia con la Autoridad del distrito correspondiente, Mitu dice que se sintió ofendida cuando le dijeron que “la ley debe ser explorado”, que ella debía tratar de reconciliarse con su esposo y que siempre podía quedar embarazada de nuevo y satisfacer el deseo de su marido de tener un hijo.
Al día de hoy, Mitu dice que estando decepcionada con la actitud de las autoridades gubernamentales frente a la difícil situación de sus hijas y de su madre que trataba de mantenerlas a salvo. Ella cree que los que oyeron su caso se pusieron del lado de los culpables.
“Yo presenté primero la denuncia ante la policía durante mi embarazo y han estado denunciados desde entonces. Pero… la policía ha tomado ningún paso sólido para echar mano a los culpables. Por el contrario, están tomando partido por los delincuentes”, dijo ella.
“A mi esposo y a mis parientes políticos se les dio un chit limpio [nota oficial]. He sido amenazada muchas veces y convencida para retirar el caso y me dijeron que me reconciliara con ellos”.
“El poder judicial debe ser sensible y tomar posición. Han pasado más de 14 años desde que la Ley de Técnicas para Diagnósticos fue implementada y la proporción de sexos en nuestro país todavía está fracasando”, dijo ella.
La posición pública de Mitu en contra los prevalecientes valores contra las niñas en la India le han costado a la joven madre su trabajo.
“Todas las autoridades, ya sea en la policía, el poder judicial o el hospital donde yo estaba trabajando, están tratando de obligarme a retirar mis casos. Fue debido a este acoso y a ciertas amenazas que tuve que renunciar a mi trabajo hace poco”.
A pesar que todas las fuerzas culturales están en contra de ella, la joven madre dice que ella cree que vale la pena luchar por sus hijas y las hijas de la India.
“Cuando mis hijas no habían entrado aún al mundo, su final ya estaba siendo planificado por mis parientes que no querían niñas. Obtuvieron información ilegalmente sobre el sexo de mis bebés cuando yo todavía estaba embarazada y estaba bajo presión para efectuarme un aborto. Yo no iba a rendirme sin luchar”.
“Espero que haya un sistema que sea más amable con las mujeres y no sólo uno que dice que lo es”, dijo Mitú, agregando que su “sueño más querido es alcanzar la justicia que he estado buscando para mis hijas tan pronto como sea posible”.
Mitu espera que la presión extranjera despierte al gobierno de India, de quien dice que “cree que debe hablar delante de los medios de comunicación y acosar a todo aquel que se atreve a hablar en contra de ellos o del sistema”.
“Inclusive si puedo inspirar a una mujer a luchar por ella misma, me enorgullecería como mujer”, dijo ella.
Se supone que Mitu Khurana es la primera mujer en la ciudad de Nueva Delhi que presenta un caso contra su esposo y sus suegras bajo la ley sancionada en 1994 en la India de Técnicas de Diagnóstico Pre-Natal. Los tribunales de Nueva Delhi han de darle la justicia que exige para ella y sus hijas.
En China nacen cada año más de un millón de niños que de niñas debido a la discriminación contra el sexo femenino. Estas proporciones son similares en la India y en otros países, y se extienden a otros lugares.








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