A raíz de la presentación de la gran cantante brasilera Leila Pinheiro en Barranquijazz 2014, donde se congració con el público al hacer una versión muy bossa nova de El Caminante, que muchos han divulgado diciendo que es de Joe Arroyo, nos hemos puesto a analizar que hay canciones que marcan la vida de la gente, de las regiones y, por qué no decirlo, de los países, pero en la memoria solo prevalece el nombre del intérprete, olvidándose del creador de la obra, lo cual básicamente es culpa de los medios, especialmente la radio que casi siempre omite injustamente el nombre del compositor, lo cual llama a engaño a quien no se preocupa por investigar, de ahí que incluso algunos musicólogos hablen de "El Caminante, de Joe Arroyo".
Ya sea por su ritmo, su letra o por un simple estribillo, las canciones quedan marcadas en nuestro gusto y determinan momentos, a veces amargos pero la mayoría placenteros, que definen a futuro escenarios mentales de nostalgia que casi siempre es grato añorar.
Muchas de esas canciones quedan nadando en un aparente mar de olvido. Ya sea porque nos ausentamos del entorno donde la conocimos, bailamos o disfrutamos de alguna forma. Pero basta con escuchar siquiera un acorde, después de muchos años, para transportarnos en esa máquina del tiempo y revivir los momentos que fueron marcados por esa melodía.
Una de las melodías que me marcó desde mi adolescencia y para siempre, es El Caminante. Como la mayoría de colombianos, y especialmente los residentes en el área del caribe, la primera versión que escuché fue la de Fruko y sus tesos con la voz del gran Joe Arroyo. Esa es la que tengo en mi registro auditivo, asociada a la imagen del gran morocho de Cartagena con su espectacular peinado afro y la pañoleta de colores en su cuello, amén de la camisa, también multicolor.
Hace algunos años leí una entrevista que le hicieron al cantante cubano Roberto Torres, quien fuera figura de la Sonora Matancera en el exilio y luego fundara SAR Records, una disquera en la que produjo sus propios discos cuando creo la Charanga Vallenata, con el acordeón del villanuevero Jesús “Milagrito” Hernández, con grandes éxitos como Caballo Viejo, del venezolano Simón Díaz, La Negra, de Beto Murgas, Matilde Lina, de Leandro Díaz y también impulsó a otros artistas como Henry Fiol y Alfredito De La Fe.
Hace algunos años leí una entrevista que le hicieron al cantante cubano Roberto Torres, quien fuera figura de la Sonora Matancera en el exilio y luego fundara SAR Records, una disquera en la que produjo sus propios discos cuando creo la Charanga Vallenata, con el acordeón del villanuevero Jesús “Milagrito” Hernández, con grandes éxitos como Caballo Viejo, del venezolano Simón Díaz, La Negra, de Beto Murgas, Matilde Lina, de Leandro Díaz y también impulsó a otros artistas como Henry Fiol y Alfredito De La Fe.
En esa charla cuenta Torres que una de las mayores decepciones musicales que había vivido era haber escuchado la versión que Fruko y Joe habían hecho de El Caminante. Y es que esta canción fue la que marcó el despegue de la carrera de Torres en el exilio, luego de salir de Cuba en los albores de la revolución, a comienzos de los sesentas. Fue tan importante que durante varios años trabajó con la razón social de Roberto Torres y sus caminantes.
Obviamente, para este buen cantor cubano era muy difícil digerir el nuevo patrón rítmico que le habían puesto a la canción en los estudios de Discos Fuentes de Medellín. Sonaba totalmente diferente, era “otro viaje”, como se dice popularmente.
Gilberto mejías Palazzi, cantautor
venezolano, compositor de El caminante
Lo que Torres no consideró válido es que “su versión” también debió sonarle bien rara al autor, Gilberto Mejías Palazzi, un venezolano nacido en Valera, Estado Trujillo, quien estuvo al frente de la primera grabación del tema, realizada unos años antes por el Dueto Criollísimo en aire de danza o punto de navegante.
Y ni qué decir de la forma en que la grabó el trío Los Panchos, mucho más cercana al bolero. O la de Marco Antonio Muñiz, también mejicano.
De todas, obviamente, me quedo con la de Fruko y Joe Arroyo, pero vale la pena compartir con nuestros lectores las demás versiones que encontramos, algunas muy lejanas de la más conocida en Colombia. En los siguientes videos se pueden apreciar varias versiones para el deleite de nuestros lectores.
Para este humilde servidor al escuchar las diferentes versiones la mejor es la interpretada por el Joe
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