Las teorías sobre las causas de la obesidad del endocrinólogo Dr. Robert Lustig miembro de la Asociación americana de endocrinología pediátrica y profesor de la Universidad de California en San Francisco, UCSF.
Uno de los grandes males de nuestro tiempo es sin duda la obesidad, llegando al extremo de convertirse en una de las mayores causas de mortalidad, especialmente en países muy desarrollados donde la mayoría de la gente consume alimentos industrializados carentes de fibra y con grandes cantidades de azúcar y grasas.
La cultura del fast food o comidas rápidas aumenta los índices de obesidad, especialmente en niños y adolescentes que son incentivados por la publicidad engañosa que los motiva a consumir grandes cantidades de embutidos, salsas, conservantes artificiales y harinas, con las consecuencias graves y fatales que ya se conocen.
El problema de la obesidad en los niños y adolescentes ha aumentado considerablemente en los Estados Unidos durante los años recientes. Entre un 16 a un 33 por ciento de los niños y adolescentes son obesos. La obesidad es una de las condiciones médicas más fáciles de reconocer, pero cuyo tratamiento es muy difícil. El aumento en peso no saludable debido a una dieta inadecuada y la falta de ejercicio es responsable por más de 300,000 muertes cada año. El costo anual a la sociedad por la obesidad se estima en alrededor de 100.000 millones de dólares. Los niños con sobrepeso tienden a convertirse en adultos con sobrepeso, a menos que ellos adopten y mantengan unos patrones más saludables de comer y hacer ejercicio.
Pero Colombia y Latinoamérica no escapan a esta grave situación. La globalización de la televisión y las multinacionales de productos alimenticios dañinos han cambiado nuestra cultura alimentaria, llevando a nuestros niños y adolescentes a asumir hábitos totalmente dañinos para su salud. Recientes estudios demuestran que en México uno de cada tres niños, es decir, el 33.33 %, sufren de obesidad con serio riesgo de muerte.
Manuel Uribe, el hombre más gordo del mundo.
Se vanagloriaba de ingerir abundante comida.
Uribe falleció el 2 de Mayo de 2014 en un hospital
de Monterrey, México. aunque logró rebajar 260
de sus 597 kilos, murió muy joven.
Es uno de los graves problemas de salud y autoestima de la sociedad occidental y, aunque hay miles de teorías y remedios, no se encuentra una solución global. Ya hemos hablado de la alimentación emocional, la influencia de los tóxicos ambientales y ahora merece la pena escuchar los planteamientos del endocrinólogo Dr. Lustig en este tema.
Este vídeo de 9 minutos resume el documental “El azúcar y el síndrome metabólico” de 43 minutos (adjuntado abajo) y en él, este experto, autor de libros como “La verdad sobre el azúcar” y profesor de Medicina de la Universidad de California, denuncia que en las últimas décadas se ha acusado erróneamente a las grasas de provocar la obesidad, lo que la industria ha aprovechado para introducir un exceso de azúcar en todos los alimentos envasados y que este es el verdadero problema al haber producido un desequilibrio hormonal que impide al cerebro discernir cuando está realmente saciado. Afortunadamente, es reversible.
Este es el vídeo y un resumen de sus afirmaciones y consejos:
La obesidad no tendría que ver con la fuerza de voluntad, exclusivamente, sino con cuestiones hormonales.
Comer en exceso se relaciona con el consumo excesivo de azúcar.
La LEPTINA es una de las hormonas del hambre que actúa como un termostato del apetito. Cuando se ha comido lo suficiente, las células grasas liberan leptina que avisa al cerebro que es hora de dejar de comer, pero la adicción a los dulces desquicia este proceso.
Durante muchos años se pensó que la obesidad podría ser debido a déficit de leptina que evitaba a las personas con sobrepeso recibir el mensaje de saciedad, pero estudios recientes han demostrado que las personas obesas tienen un montón de lectina. De hecho, a más obesidad, más cantidad y eso significa que las señales del cerebro no leen que ya se ha comido lo suficiente y asumen que tiene mucha hambre sin importar la cantidad de comida que se consuma.
Esa es la razón del fracaso de las dieta y por qué cuesta dejar de comer. El exceso de azúcar es el culpable de la resistencia a la lectina.
Las dietas altas en azúcar provocan picos de la hormona necesaria para retirar el azúcar de la sangre -la insulina-, pero cuando las células han sido bombardeadas de insulina hasta la extenuación, se produce resistencia a la insulina. Y reiterados picos de insulina por exceso de azúcares conducen a resistencia a la leptina. Mediante la reducción de insulina se puede frenar también la resistencia a la leptina para poder frenar los antojos y conseguir pérdida de peso.
Según el Dr. Lustig, 2,5 millones de personas con sobrepeso en el mundo sufren esta condición y él está convencido de que el problema puede resolverse con cambio de orientación de la insulina mediante un cambio de estilo de vida que se centre en la reducción de azúcar en la dieta.
Esta resistencia a la insulina, y por tanto a la lectina, también puede comenzar en el útero materno y las dietas altas en azúcar en la madre pueden provocar cambios genéticos y un bebé resistente a la insulina y lectina
Hasta ahora se culpaba a las grasas de las dietas como causantes de la obesidad, pero esto es cuestionable. Gracias a esa teoría, la industria elevó el nivel de hidratos de carbono aumentando el azúcar en todos los alimentos procesados, dulce y salado. Poco a poco, los hábitos y gustos han cambiado derivando en una población mundial adicta al azúcar
La obesidad es un problema hormonal y las hormonas son modificables.
Recomendaciones para eliminar la adicción al azúcar
*.- Reducir el azúcar en todas las recetas a 1/3
*.- Tomar 1 solo postre a la semana
*.- Consumir mucha FIBRA. Este es el elemento incomprendido pero que conduce a la pérdida de peso porque el sistema digestivo trabaja extra y retiene los niveles de glucosa y sus picos.
*.- La digestión lenta da más oportunidades al cerebro de saber que está lleno
*.- La digestión lenta da más oportunidades al cerebro de saber que está lleno
*.- No tomar productos envasados
*.- No comer de pie, sinónimo de rápido y sin tiempo para avisar al cerebro de que se está lleno
*.- Incluir proteína y legumbres en cada comida para hacer más lenta la digestión y no solo hidratos como dulces o batidos de leche.
*.- Comer como lo hacían nuestros abuelos, no comer nada que ellos no reconocerían como comida.
En nuestro siguiente post publicaremos las recomendaciones del experto Michael Pollan y sus “64 normas para aprender a comer”. ¡NO TE LO PIERDAS!
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